Ready Made


El año pasado, en 4º de Graduado Superior en Diseño, me apunté a la asignatura de Ready Made. El profesor era Patrick Thomas, un gran diseñador gráfico, pero ese año, 2006, dejó de impartir la asignatura, así que el profesor fue Curro Claret, también un gran diseñador pero de producto, más conceptual.

Estos días, muy ajetreados, he estado organizando los miles de trastos y cosas que he ido acumulando en Barcelona durante estos cinco años, y que ahora he traído a Valencia. Y entre torres de libros, revistas y papeles, he encontrado un regalo, un elemento promocional de su libro Black & White, que nos trajo Patrick Thomas un día que vino a explicarnos qué era para él el Ready Made que significa arte encontrado. El creador del término fue Marcel Duchamp a pricipios del siglo XX.

El Ready Made es casi un modo de vida que exige tener los ojos abiertos y estar siempre pendiente de todo aquello que los demás ignoran y desprecian.
Patrick nos trajo algunos de sus cuadernos en los que tenía pegadas todo tipo de cosas (gráficas), que había ido recogiendo de mil rincones. Las cosas sacadas de contexto a veces pueden decir mucho. Estos cuadernos le sirven para hacer muchos de sus diseños. Él trabaja, entre otras cosas, para La Vanguardia, haciendo las portadas del suplemento de economía "Dinero". En la web de Patrick se pueden ver, todas muy interesantes, siempre se relacionan con el tema central del suplemento, que a él se lo daban la noche anterior, así que iba a marchas forzadas.
Sus diseños nos exigen poner un poco de nuestra parte para entender el mensaje.

He de confesar que durante el trimestre que duró la asignatura me volví un poco paranoica y casi pensé que me afectaba el síndrome de Diógenes, jaja, ya que iba recogiéndolo todo y pensando que me podría servir para algo.
Recuerdo un día que salí con algunas amigas a ver que encontrábamos por el barrio gótico de Barcelona, e incluso una compañera cogió una señal como esta. Con la diferencia de que alguien le había pintado una cruz de cementerio encima de la montaña de tierra (muy simbólico). Más tarde, en el taller, con la guillotina cortamos la señal y le sirvió para hacer las tapas del cuaderno, muy resistentes, la verdad. Jaja.

De todo aquello que fui recogiendo durante esos meses conservo un cuaderno repleto de cosas de muchos sitios. Después, se acabó la asignatura y dejé de hacerlo, pero lo voy a retomar porque luego resulta muy interesante verlo, cada cosa tiene una historia, incluso el cómo lo encontraste. Yo se lo recomiendo a todo el mundo.

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